Alguna vez pensó en el rojo. Aquel desierto que lo separaba. Pensó una y mil veces más. Ese color rojo se volvió bordo.
Era espeso, no se lo podía sacar de las manos. Aunque el agua le corriera por el cuerpo. Aunque intentara con agua fría.
Estaba más adentro.
Estaba entre la gente, buscaba el rojo. Mil caras no formaban ni siquiera ese rojo que se acordaba.
Por las noches chorreaba. Se caía de la cama. Nada podía evitarlo.
Una vez más dentro de él.
Sonaba como una nota, como una canción vieja.
En sus ojos se veía. Ese rojo bordo duró más de lo que deseo.
Solo canto la última canción.
Y la multitud aclamó.....