miércoles, octubre 17, 2007



No le gustaban los animales y menos los gatos. Cuando los obserbaba a los ojos se asustaba. Intentaba esquivar la vista, pero en ellos encontraba una mirada asesina. Eso, lo atraía.
La tarde del miércoles encontró a Greta, la gata del vecino, subida a la medianera. La atrapó y se la llevó para adentro. Sin pensarlo la metió dentro de un frasco de vidrio.
Hoy, Francisco, su vecino, continúa buscandola.
Horacio apoya el frasco de adorno, todos los días, como centro de mesa.

jueves, octubre 11, 2007



Llevo dentro de mis entrañas ese anhelo por estar con vos.
Se despiertan fantasías por volver a verte sonreír. Vuelo entre mis sueños y te encuentro por un instante.
Hablamos y nos despedimos para encontrarnos, sin saber cuándo. Estamos juntos nuevamente; te miro a los ojos y no puedo, lo intento, mis palabras no quieren expresar mi sentir.
Mi cuerpo no logra manifestarlo con una caricia, un abrazo.
Hoy te tengo a mi lado y pierdo la oportunidad de decírtelo. Te necesito.

miércoles, septiembre 26, 2007

Diario

23 de octubre. Hoy es el último día que decido llamar al médico, ya me cansé de la quimioterapia, de los vómitos, del dolor de cuerpo, de dormir toda la tarde.
11 de noviembre. Vinieron a visitarme, entraron a casa con una luz titilante que después se volvió cegadora. En este planeta viven mejor. Me olvido que soy humano. Sólo veo lo que hay delante y a los costados de mis ojos, a mi cuerpo no lo veo.
15 de noviembre. Me atrapo un dolor intenso en el estómago, trajeron un balde, pero no vomite porque no había comido. Hace rato que no tengo hambre, solo despedí bilis.
20 de noviembre. Faltan 5 días para Navidad, dudo que alguien me obsequie algo. Por acá no hay paseos de compras ¿Hay Alguien? ¿Una caricia?
31 de diciembre, me olvide lo que estaba pensando y lo que hice y pense hasta ahora. Clavo la mirada hacia delante, fija, dura, inmóvil hasta que cabeceo y se vuelve débil e indefensa.

domingo, julio 22, 2007

Marroc


La piel se mantenía caliente por el pulover que llevaba puesto. Sus manos las empezo a frotar entre sí para que no causaran escalofrío al tocar. Se desató el pelo apoyó su cabeza en la almohada, observó el techo un largo rato, intentando buscar recuerdos pero encontró puntos blancos, inclinó su cabeza hacia el costado y cerró los ojos. Una oscuridad plena no ayudaba para incitar al deseo, imagino primero colores, que los cambio por olores, y luego por lugares conocidos. Pero, no ayudo. Recordo, sin querer alguna caricia en el tobillo, una mirada desconocida, eso momilizo su brazo, su mano. Una caricia por el cuello que bajo en el pecho para continuar en su panza. Un poco más arriba, más abajo, abajo, el ombligo, girar en él y no recordar a nadie, solo sentir el calor de los dedos.
Los labios secos pedían agua pero los mojo con su saliva, estaban dulces recién terminaba de comer un marroc, pero su brazo no quería recesos sino continuar hasta el hartazgo. Volver a los puntos blancos y sentir esa soledad angustiante.

martes, mayo 22, 2007

Somos cómplices los dos.

Ayer los días no tenían sentido. Se confundían en mi mente cuando los contaba. El tiempo se nublo.
Ahora voy a atravesar un no tiempo hasta que vuelvas. Para continuar en ese no tiempo que nos define.
Un calorcito espera en este continente. Que no se apaga sino que baja su luz. Es nuestra historia entre mis dedos.

Hasta la vuelta.

miércoles, abril 04, 2007

Mancha de rouge

No quería besarlo porque lo iba a manchar. Eso me decía la razón.
El deseo me contaba que lo quería tomar con las dos manos frías y envolverlo. Hasta sentir que mis manos y su cara fueran una sola cosa.
Los labios carnosos, inquietantes, titubeaban cosas lindas. Pero se callaron y comenzaron el juego de perderse en un sitio húmedo ya conocido.
No respiraban, enloquecían furiosos. Eran dos gotas rojas que caían incansablemente. Gotas que formaron un mar rojo. Este mar rojoinfinito se renueva, mancha al que se acerca.
Es una marca que atrae a otros labios.

Entonces, ¿Qué hacemos?