domingo, julio 22, 2007

Marroc


La piel se mantenía caliente por el pulover que llevaba puesto. Sus manos las empezo a frotar entre sí para que no causaran escalofrío al tocar. Se desató el pelo apoyó su cabeza en la almohada, observó el techo un largo rato, intentando buscar recuerdos pero encontró puntos blancos, inclinó su cabeza hacia el costado y cerró los ojos. Una oscuridad plena no ayudaba para incitar al deseo, imagino primero colores, que los cambio por olores, y luego por lugares conocidos. Pero, no ayudo. Recordo, sin querer alguna caricia en el tobillo, una mirada desconocida, eso momilizo su brazo, su mano. Una caricia por el cuello que bajo en el pecho para continuar en su panza. Un poco más arriba, más abajo, abajo, el ombligo, girar en él y no recordar a nadie, solo sentir el calor de los dedos.
Los labios secos pedían agua pero los mojo con su saliva, estaban dulces recién terminaba de comer un marroc, pero su brazo no quería recesos sino continuar hasta el hartazgo. Volver a los puntos blancos y sentir esa soledad angustiante.