Se agachó a acomodar el pantalón, con el clip de pelo sujeto la tela para que el viento no abriera lo que no quería mostrar. De atrás la llamaron por su nombre, no se dio vuelta, espero y cuando la vió él le dijo: Te iba a asustar, pero no.
Caminaron hasta la puerta del edificio, hacía 26 años que ella vivía con él, él apenas unos 20 años.