Mi mente guarda los recuerdos en imágenes, escenas, pequeños momentos, no sé porque, mis ojos hicieron que se guardaran en algún lugar. Y es así que aparecen, como ráfagas.
A los doce años, la primera vez alejada de mi familia, en el viaje de egresados una noche de excursión terminé acostada en el pasto de algún parque, mirando el cielo, era negro, todo negro, y veía muchas luces blancas y azules, y me sentí impresionada. Estaba cubierta por el cielo. Atrapada por una inmesidad que no conocía.
Una noche en el sur, jugando a ser atrapada me escondí en el pasto alto, al lado del lago, no vi el cielo, sino la oscuridad porque no había luna y el pasto era el único contacto, por primera vez no tuve miedo.
Cuando estoy mal esos retazos de vida vuelven.
1 comentario:
Retazos:
La vida va pasando dejando numerosas memorias de personas, escenarios, olores y sensaciones.
Las vivencias van cambiando a lo largo de los años y los recuerdos de los sentidos no se repiten.
Nunca volveré a disfrutar del olor a papas fritas de mi niñez porque ese estado no regresa, la sensación de plenitud que tenían las mañanas con sol de los sabados de la adolescencia no se repiten más porque ese estado desapareció.
Busquemos reemplazar esos momentos con nuevas vivencias pero me temo que la intensidad que provoca el descubrimiento que tienen nuestros primeros años lo va a hacer dificil.
Y bue... eso es vivir
Publicar un comentario